En fin, eso es lo que pensé. De verdad, ahora si que nada de lo que ocurre es normal, está claro que hay dos opciones: Todo o nada, lo de siempre, vamos...
¿Cuándo llegará el día en el que se acaben las cosas raras, joder? ¿Cuándo va a volver todo a la normalidad? ¿Cuándo va a empezar todo lo bueno, o en su defecto, a acabar?
Mil preguntas sin respuesta...
Es como un maldito puzzle de mil piezas, tardas un montón de tiempo en montarlo y cuando ya lo estás acabando te das cuenta de que faltan piezas y las tienes que buscar por todas partes, pues yo ya estoy harta, quiero acabar ya de una vez el puzzle, joder.
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