El partido de mi vida.

Ahora estoy en el banquillo no puedo salir a jugar, pero tengo que esperar a que empiece mi turno en el puto partido. 

Tengo que pensar en tácticas de juego, no en que voy a perder o a ganar. Simplemente tengo que jugar, todo lo que pueda, dándolo todo, y si sale mal y pierdo, no podré decir que no hice todo lo que podía para conseguirlo. Porque estoy segura de que me habré dejado la piel en el campo.